guarde el color carmesí de tus labios y tus besos en el
cuello; aquel gusto tan extraño que tienes de
volver a tu habitación para
reflejarte por ultima vez en el espejo.. y tus quejas de mi barba las guarde en
la página 16 y es
que.. no encontré la manera correcta
guardar alguna de tus caricias entre todas las prosas y todos los versos, jamás pude guardarte como una rosa seca
entre los pliegues de mi cuaderno y fui descuidado.. fuiste tan fugaz y tan
intensa..
los celos ! esos si los guarde completos !! no
pude guardar ese efecto de perfección que sentía cuando dormías a mi lado y es que.. ni tus
cabellos, ni tu aroma ni alguno de tus zarcillos y todo aquello que me
negaste tampoco pude guardarlo en ningún lado; los ascensores rotos dentro
de los ojos.. y las lagrimas que cayeron cuando se enteraron que tú y yo eramos otra Crónica más, y tú que “me amabas con locura” aquellas palabras debí guardarlas hasta el más furtivo punto y coma y fui
descuidado.. lo sé.. como las tardes de abril y los besos de
febrero, nada de eso guarde..
fui descuidado, desatento y enamorado y es que
no guardé mis sueños despiertos o la sensación de no poder sobrevivir ni un día
más sin ti… tus arañazos en mi espalda debí guardarlos también en mi cuaderno,
en la misma página de los desvísteme y los hazme
tuya y de los no quiero irme de aquí y
allí debí guardar la esperanza de mis para toda la vida.. es
que.. tampoco guardé tus mentiras o los te amo y
los estoy enamorada.. nada de eso guardé... aunque entre el
epílogo, en letras pequeñas encontré un estoy confundida..
eso encontré..
fui descuidado.. lo sé
nada entre mis páginas.. nada de ti..
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