80,000 horas..

cuando descubrí que tu sonrisa me mataba y aquellos días de 80 mil horas para soñar despierto contigo, son tan cortos allí comenzó mi verdadero problema.. ese miedo que en breves instantes o en algún punto de nuestro coqueteo intenso yo metiera la pata y se me escapase alguna frase inapropiada como "¿si te besara, te dolería?” o se me pasara la mano y que tu no me terminaras de hacer caso.. es en ese instante, el instante en que me di cuenta que tenía algunos problemas..

y lo preocupante no era la cercanía de tu oficina con mi departamento ni mucho menos nuestra amistad, ya que ambos considerando el contexto, podrían ser considerados como un problema y de los serios. El inconveniente radica en el simple hecho de la química y las relaciones y las horas de charla sin un tema definido y que complicada es la pasión cuando se da sola..

si cuando nos vemos y me quedo callado de instantes.. ya deberías saber que te ando besando entre sueños y es que, en mis pensamientos, ya se encuentra mi base de operaciones en aquel lugar de tu espalda donde se respira tu sensibilidad.

recuerdo que quedamos con ir en calma, quizás por tus múltiples desilusiones y mis múltiples conquistas y con que sepas como soy y me des una oportunidad, para mi es más que suficiente.. suficiente el admirar tu cuerpo desnudo, calmando mi malcriadez, esa malcriadez tan tuya que yo te presento.. aunque creo que tú ya sabes cómo malcriarme y como consentirme..

es asombrosa la proporción del tiempo tan extenso cuando no estoy a tu lado, son esos días de 80 mil horas los míos y aunque me dices “nos veremos el sábado”.. para mi siguen siendo 80 mil horas al día.. y esa noche dijimos que era muy probable que no lleguemos a nada, y que me dabas permiso que fuéramos amigos, quizás de esos que se celan pero al fin amigos.. y eso era mentira..

sinceramente no creo que después de todo.. si las cosas van mal..

podamos ser amigos..